martes, 14 de febrero de 2017

Alta sociedad destripada desde dentro






Toda la literatura es cotilleo. Truman Capote

Durante años la censura franquista actúo de forma alevosa con la literatura universal contemporánea. Además de la prohibición de obras y la mutilación de otras, las editoriales en general evitaron editar a autores interesantes sustituidos en sus catálogos por medianías vergonzantes. Afortunadamente, el surgimiento actual de pequeñas editoriales independientes está rellenando ese pavoroso hueco, como la editorial el Asteroide que está recuperando a muchos excelentes autores desconocidos en su momento entre nosotros, como Robertson Davies, William Maxwell y Wallace Stegner. Tal es el caso del norteamericano Dominick Dunne (1925-2009). Dunne se sitúa en la estela de Scott Fitzgerald y Truman Capote como agudo relator de las clases altas neoyorquinas (Los Vanderbilt, Kluge, Hartford, Pulitzer). En un país tan joven, la aristocracia de los Vanderbilt y demás representa el de una sociedad cerrada que sustituye a las viejas noblezas europeas. La novela que quiero comentar, publicada en 1985 y situada en los años cuarenta en adelante, es la historia de una trepa, parvenue, una arribista, una corista que termina casándose con un joven heredero de esa aristocracia yanqui. Es uno de los personajes mejor perfilados y no exactamente juzgados que puede ofrecer la literatura americana. Asistimos a los esfuerzos de esa mujer para borrar todo vestigio de su humilde pasado y su obsesión por integrarse en ese grupo cerrado que jamás la llega aceptar. Un drama, el declive de su matrimonio y, finalmente, el asesinato a manos de ella de su marido, desencadena hacia la mitad de la novela el paso del tiempo y el arrumbamiento de esta mujer.

Dunne llevó durante años una columna de cotilleos en la famosa revista Vanity Fair, aunque también se ocupó de juicios famosos como de la estrella de fútbol americano O.J. Simpson. No quiero contar más. Dunne es desde luego, como he indicado más arriba, el mejor cronista de la alta sociedad americana desde Truman Capote y esta saga de arribismo es uno de los relatos mejor contados de esa sociedad desde dentro. Con una prosa elegante y eficaz, con las dosis exactas de introspección, fórmulas corteses, donde el talento para disponer a las personas en una cena es más importante que otras virtudes esenciales, con sexo, thriller, pasión y glamour y un final espléndido esta es una de las novelas con las que más he disfrutado últimamente: Las dos señoras Grenville.


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